Tritón, el mayor satélite del planeta Neptuno, tiene un misterio para los astrónomos. Apenas tiene atmósfera (la densidad es 65.000 veces más ligera que la terrestre), pero a pesar de ello, en la superficie apenas se ven restos de impacto meteorítico, mucho menos que en planetas y satélites similares.
Sin embargo, los astrónomos norteamericanos Michael Nolan y Jonathan Lunine han publicado recientemente una teoría basada en la historia de Tritón. Al parecer, Tritón, cuando Neptuno lo apropió durante la formación del Sistema Solar, sufrió roces internos para obtener una órbita en forma de circunferencia. Por lo tanto, se formaron calor y volcanes, y consecuentemente atmósfera. Tuvo entre 30 y 50 veces más presión que la terrestre y estaba formada por nitrógeno, metano, dióxido de carbono e hidrógeno.
Como consecuencia del efecto invernadero del hidrógeno, la temperatura superficial de Tritón aumentó entre -130 y -90° C (hoy en día tiene una temperatura de -236°), dando lugar a los océanos amoniacales.
Esta situación duró 100 millones de años y durante ese tiempo (atmósfera, mar, volcanes, etc.). Todos los meteoritos saltados se habrían eliminado en el aire antes de chocar con el suelo.