En un estudio publicado en la revista Nature Genetics se han secuenciado 360 genomas de plantas de tomate. Entre estas plantas se encuentran las silvestres y comerciales, así como las intermedias, como las domesticadas, que no han sido seleccionadas por su tamaño.
Desde que las plantas de tomate comenzaron a domesticar en los andes, la selección de los tomates de siembra ha dado lugar a cientos de variedades. De generación en generación han ido surgiendo a medida que se han ido seleccionando los tomates más grandes y sabrosos, como las variedades más comerciales. Pero en el camino ha disminuido la diversidad genética.
Con esta gran colección de genomas, liderada por un investigador de la Academia China de Ciencias Agrarias, se espera que se puedan identificar fragmentos de genoma que puedan ser útiles para la mejora del tomate.