Las características climáticas del lugar no afectan a la primera ola de pandemia
Las características climáticas del lugar no afectarán a la primera ola de pandemia del covid-19, según un estudio realizado en la Universidad Princeton. Publicado en la revista Science, los autores afirman que la humedad y la temperatura no han influido en la propagación de la peste.
La rápida expansión del virus en Brasil, Ecuador, Australia y otros países del trópico ha demostrado que la temperatura no ha tenido mucho que ver y que los modelos basados en otros virus no prevén que las variables climáticas frenen la peste a corto plazo.
Según los autores, si no hay vacunaciones o si no se aplican otras medidas de control, la propagación del virus no cambiará con las estaciones del año, si no se modifica el comportamiento de la población. Por ejemplo, los cambios en el comportamiento pueden provocar la dispersión y la circulación al aire libre de las personas que antes estaban reunidas en un determinado lugar, lo que dificultaría la transmisión del virus. Y viceversa.
Se ha determinado que en las regiones no tropicales los otros tipos de coronavirus se refuerzan en invierno. Si el virus SARS-CoV-2 se convierte en endémico, puede suceder lo mismo. Pero mientras tanto, la evolución está condicionada por las medidas farmacológicas y no farmacológicas, como el alejamiento físico, y por la inmunidad, es decir, el número de personas que la padecen y su grado de inmunidad. De hecho, en simulaciones basadas en otros virus, las variables climáticas comienzan a influir sólo cuando se alcanza un nivel de inmunidad.
Los investigadores han adelantado que seguirán afinando los modelos para adaptarse al lugar. Por ejemplo, los resultados obtenidos hasta la fecha se han centrado principalmente en las ciudades, por lo que a partir de ahora se incluirá también el medio rural.
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