Un estudio revela que el tigre caspio, ya desaparecido, y el siberiano pertenecen a la misma subespecie. Un análisis genético realizado por investigadores de la Universidad de Oxford y del Instituto de Cáncer de Estados Unidos ha revelado que sólo una base de código genético diferenciaba ambas subespecies.
Los criterios para la distribución de las subespecies eran la apariencia y la geografía. Según esto, los biólogos dividieron la población de tigres naturales en ocho subespecies. Sin embargo, tras la primera utilización de los análisis de ADN en 2004, se confirmó la existencia de cinco subespecies.
Y es que el tigre caspio era una subespecie. Vivía aislada de otros tigres y en 1970 murió el último ejemplar en Turquía. Para averiguar su origen, tomaron el tejido de 20 especímenes de tigre y secuenciaron las partes de cinco genes mitocondriales. Esto les permitió desarrollar una imagen del despliegue de los tigres. Así se demostró que las dos subespecies eran en realidad una sola subespecie. Según los investigadores, en los primeros años de 1900 convivían los tigres caspio y siberiano, pero a continuación los cazadores aislaron ambos grupos.
Este descubrimiento permitirá la recuperación de tigres caspinos utilizando las reservas de tigres siberianos que hay en los zoos. No obstante, quedan aún dos subespecies desaparecidas para su clasificación: Los tigres bálicos y los de Java, que vivieron en Indonesia.