Se han colocado multitud de anuncios para apagar los teléfonos móviles en teatros, cines, etc., pero el beep-beep ditxoso nos incomoda en cualquier lugar.
Por ello, una Compañía francesa ha fabricado un pequeño aparato del tamaño del libro de bolsillo que se puede colocar en el restaurante o en el teatro. El aparato envía ondas que compiten con las ondas telefónicas y al tener su origen más cercano, los móviles las reciben.
El teléfono móvil no es capaz de reconocer las ondas que recibe, por lo que se calla. ¿Invención brillante o limitación de libertad? A quien pueda tener interés en la compra hay que señalar que el aparato sigue siendo un prototipo y, al menos en Francia, está prohibido su uso.