Los tampones han demostrado que contienen metales, entre ellos plomo y arsénico

Galarraga Aiestaran, Ana

Elhuyar Zientzia

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Es la primera vez que se analiza la presencia de tampones con metales. Ed. Marta Branco/Pexels/CC

Por primera vez, se ha realizado una investigación para determinar si los tampones tienen metales o no, según ha indicado. De hecho, algunos metales son tóxicos, pero las legislaciones de Estados Unidos, Europa y Reino Unido no tienen una normativa al respecto. El resultado ha sido preocupante, ya que se han encontrado concentraciones significativas de todos los metales medidos: arsénico, bario, calcio, cadmio, cobalto, cromo, cobre, hierro, manganeso, mercurio, níquel, plomo, selenio, estroncio, vanadio y zinc). Aún no se ha comprobado si estos metales se desprenden de los tampones y son absorbidos por el cuerpo, pero algunos de ellos son tóxicos como el plomo, el arsénico y el cadmio. Por lo tanto, han advertido de que hay que seguir investigando y, mientras tanto, hay que poner más énfasis en la normativa, por si acaso.

El estudio ha sido publicado en abierto en la revista Environment International. Según han precisado, se han analizado 30 tampones de 14 hogares diferentes (algunos orgánicos y otros no, genéricos y de marca…), en total 60 muestras. Aunque la investigación ha sido liderada por varias universidades estadounidenses, el estudio también incluye tampones comprados en la Unión Europea y en el Reino Unido, así como tampones adquiridos a través de internet. Y en todas ellas han encontrado metales. Por ejemplo, los tampones inorgánicos tienen más plomo que los otros, pero los orgánicos tienen más arsénico. Es decir, no hay tipo de tampón sin metal o con una concentración de metal sensiblemente inferior.

Los investigadores han recordado que los metales aumentan el riesgo de padecer enfermedades mentales, esterilidad, diabetes o cáncer, entre otros factores. También afectan a la salud de la madre y al desarrollo fetal. Por eso, en muchos productos se controla con rigor la concentración de metales, por ejemplo, en los envases de alimentos y bebidas, así como en la ropa. Teniendo en cuenta que la mucosa vaginal absorbe metales y otras sustancias más fácilmente que la piel, se podía creer que los tampones y otros productos también contarían con este tipo de normativas. Sin embargo, la investigación ha puesto de manifiesto esta carencia.

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