Según los expertos, los Stradivarius son los mejores violines. Dicen que no se ha conseguido hacer este tipo de violines. Once amigos han buscado el secreto de estos preciados violines. Finalmente, parece que un grupo de científicos han encontrado el elemento oculto que da a los stradivarius su timbre especial.
Un equipo de químicos de la universidad de Cambridge ha demostrado con una técnica especial que Antonio Stradivarius frotaba sus instrumentos con una capa de polvo volcánico.
Los Stradivarius han estudiado las partes de un violonchelo fabricado en 1711 y han descubierto que bajo la capa de barniz rojo naranja hay otra capa de polvo volcánico de 50 micras. Hasta ahora se pensaba que el componente oculto de Stradivarius estaba en el barniz. Ahora se ha visto que está debajo.
Un fragmento retirado del violonchelo fue estudiado mediante un microscopio electrónico de transmisión y encontraron una capa desconocida. Además se analizó la nueva técnica de análisis denominada EDAX (espectroscopia de rayos X con difusión energética). La muestra es bombardeada con electrones de alta energía. La muestra emite entonces rayos X y mediante la medida de las longitudes de onda de los rayos se pueden fijar los componentes.
El material bajo barniz presentó las características de los minerales. Aparecían picos de aluminio, silicio, fósforo, azufre, potasio, calcio, titanio, manganeso y hierro. La presencia de estas cumbres se debe a un polvo volcánico llamado puzolana. Este polvo es abundante en la comarca de Cremona, donde vivió Stradivarius. Esto se ve claramente en los espectros de la figura.
Se cree que Stradivarius, mediante la disolución de la puzolana en el agua y la utilización de un adhesivo como el huevo blanco, fabricaba la masa que frotaba en sus instrumentos.
El puzolán se utiliza en la actualidad para fabricar cemento de gran calidad. Si se mezcla con cal, se consigue un material muy resistente mejor que el cemento Portland.