“Ley, política, biología y sexo: cuestiones críticas para los investigadores”, es el título de un artículo publicado por la revista Science ciencia. Según los autores, algunas políticas públicas y leyes utilizan razones científicas para establecer políticas y leyes contra personas que quedan fuera de estrictas clasificaciones biológicas. Por lo tanto, piden a los investigadores que se conciencien de ello y expliquen con claridad, rigor y precisión conceptos relacionados con el sexo, para evitar que la ciencia sea una excusa para establecer leyes y políticas discriminatorias, como la educación, la sanidad o el trabajo.
El artículo especifica que el uso de las definiciones biológicas en la ley puede considerarse una gobernanza responsable, pero puede tener consecuencias negativas o ilógicas. Tal es el caso, por ejemplo, de las categorías biológicas sexuales, como la anatomía, la genética o los cromosomas, que se aplican en el ámbito de los derechos humanos fuera del contexto textual y cuando el sexo en sí mismo no tiene importancia. De hecho, no es raro utilizar de forma acrítica la distinción binaria entre sexos, sin tener en cuenta las pruebas biocientíficas sobre la complejidad, mutabilidad, importancia del contexto y diversidad sexual.
Para evitarlo, llaman a los investigadores a ser responsables y les dan recomendaciones. Por ejemplo, consideran conveniente, en el uso de las categorías sexuales, nombrarlas con rigor y darles a conocer el contexto en las publicaciones y en la posible recaudación por medios de comunicación y agentes políticos.
También consideran que a veces no es necesario distinguir entre hombres y mujeres y que es más correcto utilizar el factor específico de la investigación para discriminar y clasificar, por ejemplo, el nivel de una hormona determinada, las gónadas que tiene o el peso que pesa.
Los autores han tenido en cuenta históricamente la existencia de un vacío femenino en las investigaciones, pero han advertido de la necesidad de ser rigurosos en su cumplimentación, ya que puede existir el riesgo de que algunos aspectos se consideren propios del sexo. Por tanto, subrayan la importancia de contextualizar y, en su caso, hacer mención expresa a los factores relacionados con el género o con el condicionante socioeconómico. Consideran que esto puede evitar la separación binaria entre sexo y género, como si la biología así lo hubiera ordenado inevitablemente y de forma inmutable.