Tanto en los animales como en los humanos, los diferentes sexos son genéticamente diferentes. El cromosoma Y característico del macho lleva 100 veces menos información que el cromosoma X de la hembra y es 3 veces menor. Pero en un tiempo esta pareja no era tan diferente. El biólogo David Page del Instituto Howard Hughes y el genetista Bruce Lahn de la Universidad de Chicago han estudiado secuencias de ADN a lo largo de la evolución del cromosoma y han descubierto que en los reptiles antiguos había un único cromosoma.
En estas especies, al igual que en el caso de las tortugas y cocodrilos actuales, el sexo estaba determinado por la temperatura de incubación de los huevos. Hace 300 millones de años, cuando los mamíferos se separaron de las aves, se produjo una mutación que dio lugar al gen asociado a la formación del macho, que se ha mantenido hasta la fecha.