El límite de duración de los satélites actuales es casi único. De hecho, el material y la tecnología actual perdura más que el combustible de satélites y cohetes. Una de las soluciones es el rellenado de los tanques, pero sería muy caro.
Por lo tanto, hay que pensar algo más. ¿Pero qué? Utilizar algunas partes de los satélites para su combustible. Para ello ya se han comenzado a probar diferentes materiales compuestos termoplásticos que aportarán tanto la resistencia estructural requerida en el momento del lanzamiento, como la validez para el combustible (por transformación o por combustión).
Los tanques actuales son de aluminio o grafito y una vez vaciados no son reutilizables. En adelante, si se fabrican con otro material, una vez vaciados servirían para el combustible.