Red global e inteligente
Francis Heylighen, experto en inteligencia artificial de la Universidad Libre de Bruselas, ha afirmado que Internet es sólo el germen de la futura red global inteligente.
Heyligen, que ha bautizado como "cerebro inteligente", surge de la necesidad de gestionar y organizar una ingente cantidad de información que se está acumulando en la red de Internet.
Los actuales buscadores y páginas web no pueden cumplir esta función, por lo que será necesario desarrollar métodos más eficaces. Por ejemplo, el sistema DKS (Distributed Knowledge Systems) que se está desarrollando en el laboratorio estadounidense de Los Alamos. El sistema, en función de las necesidades del usuario, reorganiza permanentemente los enlaces entre las páginas de la Web Principia Cibernetica, es decir, prevé y abre el camino a los enlaces que el sistema pretende utilizar el internauta. Al mismo tiempo elimina los enlaces que han quedado obsoletos por no haber sido utilizados.
El sistema DKS, por tanto, es totalmente dinámico. Imitando el funcionamiento de las neuronas humanas, los algoritmos del programa refuerzan los enlaces más utilizados y excluyen a los demás. Al mismo tiempo, el usuario identificará las páginas web visitadas anteriormente y utilizará esta información para recomendar direcciones de interés para el usuario, adaptar la estructura de la web a sus necesidades, buscar travesías, etc. En definitiva, una web totalmente flexible en función del usuario.
Heylighen propone aplicar el mismo principio a toda la red de Internet, es decir, a todo el sistema World Wide Web. De este modo, el sistema World Wide Web se reorganizará en todo momento y se convertirá en más eficaz, rápido y fiable. Además de los buscadores, la red contará con programas autónomos denominados agentes que servirán para buscar información. Heylighen ha afirmado que la tecnología ya está lista para completar este tipo de sistemas y que, si las autoridades lo aceptan, podría ponerse en marcha en 5 años. Porque ahí está la clave de todo. Porque no se puede saber de antemano qué va a dar ese "cerebro global" cincelado por millones de ordenadores repartidos por todo el mundo. ¿Y si no, queremos algo así? Y es que no deberíamos crear un dictador digital que nos indique lo que vamos a ver o escuchar según lo que la mayoría hace.
Zu idazle
Zientzia aldizkaria
