A partir de ahora, los meteorólogos podrán medir la altura de las nubes del Polo Norte al Polo Sur. El satélite Terra se encargará de ello y, entre otras cosas, medirá las capas de nubes y los vientos de los polos y otras latitudes. Terra fue despedida en 1999 y todavía es un satélite experimental. Hasta entonces, los vientos que mueven las nubes se medían mediante satélites geoestables situados en el ecuador, mientras que los satélites situados en la superficie de la Tierra sólo miden la luz reflejada en una dirección.
Por ello, no se recibe información detallada sobre los vientos en los polos. Con este nuevo sistema se pueden obtener imágenes estereoscópicas de las nubes. Mediante nueve cámaras se mide la luz solar reflejada en otras tantas direcciones y, en siete minutos, se analizan los nueve ángulos de un objetivo concreto. En la actualidad, el satélite tarda nueve días en estudiar toda la tierra, pero los científicos están desarrollando un sistema para mejorar el método y obtener información en menos tiempo.