Cuando el frente de aire frío se une a otro de aire caliente llueve. Esto es un principio básico de la meteorología y todos saben. Esta es, además, la principal razón de que el Sahara no sea tan verde como en otros tiempos.
La humedad nocturna en el Sahara apenas la guarda ningún organismo. Nada más levantarse el sol, la humedad nocturna se evapora bruscamente. ¿Cómo guardar ese agua? Ahí está la cuestión.
Para afrontar el problema, el investigador español Antonio Ibáñez Alba ha propuesto el uso de árboles de plástico. Serán de siete y diez metros de altura. El tronco será de poliuretano y las ramas y hojas de espuma fenólica. También tendrán raíces mediante inyección de poliuretano a presión en la arena del suelo. Las raíces de los árboles pueden ocupar una superficie de veinte metros de radio.
Estos primeros árboles de plástico preparados para el ensayo tienen forma de palmera y Ibáñez los ha analizado durante cuatro años en el laboratorio.
En el desierto se producen grandes cambios desde la mañana hasta los 60ºC. Por lo tanto, durante el día el sol hace el árbol de plástico muy caliente y luego por la noche ese árbol juega como una trampa de condensación. El plástico del árbol está especialmente preparado, con tuberías intermedias para aumentar la capilaridad, lo que permite fabricar agua con la simple cocción de los árboles. Cuando el sol cae durante el día, este agua se suelta siguiendo el procedimiento inverso, pero como el proceso es mucho más largo, el agua acumulada permanece más tiempo en el mismo.
La emisión de miles de metros cúbicos de vapor de agua a la atmósfera provocará la aparición de nubes en amplias zonas desérticas con miles de árboles plásticos. Esto hará que el clima se estabilice y los cambios no sean tan grandes. Además, las nubes procedentes de la costa tendrán la oportunidad de penetrar en el interior del Sahara y vaciarlas con lluvia. Por otro lado, al no ser tan altas las temperaturas, la lluvia no se evaporará como ahora. Por lo tanto, podemos pensar que en diez años el Sahara puede hacerse fructífero.
Uno de los aspectos más importantes de este sistema es la falta de riego de los árboles. El problema que siempre ha existido en las actuaciones que se han llevado a cabo hasta la fecha para la regularización de las tierras secas ha sido éste: el riego inicial de las plantas. Trabajo laborioso y costoso en absoluto, ya que se gasta rápidamente en el agua y las consecuencias se ven mucho más tarde.
Mauritania, Marruecos, Algeria y Libia están interesadas en llevar a cabo este proyecto. En Libia, por ejemplo, se colocan árboles de plástico entre Sebha y Tripoli.