Los eventos que a menudo se producen en el ámbito tecnológico tienen una gran importancia en nuestra sociedad. Si se produce un accidente por fallo de diseño o de uso, las afirmaciones que se hacen en los medios de comunicación son muchas veces muy interesantes. Desgraciadamente, en más de una ocasión estas afirmaciones no se basan en conceptos técnicos sino en otro tipo de intereses y enfoques. A través de este trabajo queremos destacar el tratamiento de las noticias que se difunden en los medios de comunicación.
En las noticias de los últimos meses no podemos olvidar los datos de las grietas encontradas en la central nuclear de Zorita. Tras la publicación de la información, enseguida empezaron a dar sus respuestas. Para algunas autoridades económicas relacionadas con la central, las grietas y demás errores no cuestionaban el futuro de la central. De la misma manera, para algunos grupos humanos es impensable la reactivación de la central. Tanto en uno como en otro caso, las respuestas se llevaron a cabo con anterioridad a la realización de análisis técnicos exhaustivos.
También se produjo otro tipo de accidente mucho más cercano geográficamente. Un trabajador falleció como consecuencia de un accidente en la construcción de la autopista Andoain/Irurtzun. Al dar la noticia al día siguiente en algunos periódicos se proponían algunos “motivos”. Algunas fueron bastante ligeras.
Los accidentes y fallos van asociados al desarrollo tecnológico. Sin embargo, el avance tecnológico tiene una base sólida en la investigación de fallos y posteriores mejoras. La puesta en marcha de este proceso requiere que la voluntad y capacidad de las autoridades técnicas y económicas estén adaptadas a ello. Asimismo, se debe considerar que los principales obstáculos a este camino son las respuestas espontáneas a las presiones sociales y de los medios de comunicación.
En el caso de la central de azar, es necesario reconocer que la seguridad obliga a tomar decisiones concretas y rigurosas y a encontrar respuesta a muchas preguntas. Esto sólo se puede conseguir a través de una investigación exhaustiva, para lo que deberían participar equipos técnicos altamente cualificados.
Cuando una investigación se pone en marcha como consecuencia de un accidente o avería importante, pueden aparecer problemas de distinta naturaleza. Sin poner en duda que el equipo técnico creado es capaz de llevar a cabo el trabajo, los participantes deberán enfrentarse a dos tipos de problemas. Por un lado, antes de que se produzca el accidente o avería, deberán intentar conocer la historia técnica del componente, es decir, cómo eran las condiciones de trabajo del componente en la realidad (y no en función del diseño) (situaciones de tensión y deformación, cambios de temperatura, efectos de la corrosión, incidencias habituales en el trabajo, etc.). Para ello se medirán todas las variables que puedan tener relevancia en el funcionamiento del componente. Todo esto se cumple en muy pocos casos.
Por otra parte, las decisiones o propuestas técnicas del grupo deberían realizarse sin tener en cuenta los intereses de las diferentes instituciones o personas. La naturaleza de estos intereses en el caso del Zorita es muy clara.
En resumen, los accidentes, fallos y averías que se producen en la tecnología no se pueden analizar sin la misma tecnología. Una vez realizados estos estudios, los responsables deberán tomar decisiones, considerando aspectos sociales, económicos, etc. pero no al revés. Desgraciadamente en nuestra sociedad, antes de iniciar los estudios técnicos, se publican las “razones”.