La Universidad de Stirling en Escocia ha realizado una curiosa prueba sobre la capacidad de aprender peces. En sus piscifactorías, antes de dar la comida de cada día, emiten un determinado sonido como estímulo. Parece que los peces planos son los más hábiles para conocer el sonido.
Por su parte, el bacalao tiene poca facilidad para adivinar estos sonidos. Los resultados de estos estudios permiten abrir una vía de ayuda a las especies en peligro de extinción. Una especie puede ser esturión, ya que suele haber problemas de alimentación.