La cueva de Ezkuzta fue descubierta en el siglo pasado y las excavaciones comenzaron hace dos años. Los instrumentos prehistóricos aparecieron al caer un muro.
Según Iriarte, además de la industria pétrea, también se expusieron los utensilios realizados con huesos y ramas que han atraído la atención de los investigadores. Según ellos, son “obras maestras” del Paleolítico.
Los investigadores han destacado dos varillas con ramas de ciervo. Son de hace 14.500 años, de la Magdaleniense Media y están decoradas con líneas grabadas, una de ellas casi completa, a falta de 2-3 cm y la otra totalmente. Según Arrizabalaga, en todo el mundo han aparecido menos de 200 varillas de este tipo, más de la mitad en la cueva de Isturitz (Baja Navarra). Además de los primeros encontrados en Gipuzkoa, se han encontrado muy pocos ejemplares en la península y la mayoría rotos. Esta sencillez pone de manifiesto la importancia del descubrimiento.
Por su parte, Iriarte ha alabado el paralelismo y la perfección de las líneas de los grabados. Los investigadores desconocen su uso, pero creen que tenían una función simbólica.
Además de las varillas, se han encontrado otros objetos que podían ser decorados en el yacimiento, como las conchas marinas, y una piedra utilizada para triturar el ocre. Según Arrizabalaga, “teniendo en cuenta estos hallazgos, se puede decir que el yacimiento es poco habitual”.
Los investigadores han restaurado los instrumentos y los han puesto bajo el auspicio de la Diputación Foral de Gipuzkoa.