Además de las acciones que hasta ahora realizan los ordenadores personales, se ha editado una tarjeta que le permite funcionar como contestador automático. Al parecer, una vez instalada la tarjeta, basta con poner en marcha el software adecuado para que el ordenador deje de trabajar cuando suena el teléfono, responda a la llamada telefónica y retome el trabajo que ha dejado.
Los mensajes recibidos se almacenan de forma digital en el disco duro del equipo. Por otro lado, siempre que sea necesario, se informará al usuario de la llamada en pantalla. Con esta tarjeta también se pueden guardar los mensajes en los buzones.