La energía que necesita una persona para tener un hijo puede ser hasta 24 veces superior a lo que se ha estimado hasta ahora en las previsiones. Para los animales ectodermos, es decir, para los que utilizan fuentes de energía externas, el gasto energético es 4 veces superior al estimado anteriormente, por ejemplo, para las serpientes. Y dos veces más grande para los peces marinos. Estos ejemplos han sido proporcionados por investigadores de la Universidad de Monash, en Australia, que han llevado a cabo investigaciones.
En concreto, se concluye que, en los cálculos realizados hasta ahora, se ha subestimado el coste indirecto de la reproducción, es decir, el que no ha recibido directamente la cría. Los resultados pueden influir en los trabajos sobre el modo de vida de los animales y pueden ayudar a predecir cómo van a responder al cambio climático.
Para llevar a cabo este estudio, se recogieron y analizaron los trabajos publicados sobre el tema entre 1930 y 2000, obteniendo datos de 81 especies, desde animales microscópicos como los rotíferos hasta seres humanos. Además, a la vista de que el gasto de energía indirecta en muchas ocasiones no se había tenido en cuenta o no se había considerado suficientemente, se realizaron estudios detallados para el cálculo de este gasto. Por ejemplo, se ha medido el gasto metabólico de las mujeres embarazadas, en diferentes fases de la gestación.
Así, se ha observado que, aunque se ha considerado que el gasto indirecto es del 5 al 25% del gasto energético total, el gasto real es mucho mayor. Por lo tanto, según los investigadores, el trabajo que han realizado es útil para saber lo que cuesta reproducirse a cada especie. El estudio ha sido publicado en la revista Science.