Algunos factores presentes en la sangre han demostrado su capacidad para aumentar o disminuir la generación de neuronas. La investigación se ha llevado a cabo en la Universidad Standford, con los ratones, y además de demostrar que la sangre influye en la neurogénesis, han identificado un factor que ralentiza el proceso.
En la investigación se han utilizado ratones jóvenes (3 meses) y viejos (2 años). Formaron parejas entre ancianos y jóvenes y conectaron sus circulaciones sanguíneas. Después, comprobaron si hubo un cambio en el cerebro, centrándose en el número de células del hipocampo.
Así, observaron que en los ratones viejos el número de células del hipocampo creció de 400 a 1.000, es decir, demostraron que la sangre de los ratones jóvenes es capaz de aumentar la neurogénesis de los viejos ratones.
Por el contrario, la inyección de sangre de ratones viejos a los jóvenes hizo que la neurogénesis se redujera. Además, tenían más memoria que los ratones comunes de la misma edad y tenían dificultades para aprender. El aislamiento de los factores sanguíneos permitió identificar la causa de estos efectos: Proteína CCL11.
Según los investigadores, la investigación es de gran importancia ya que sugiere que es posible influir en el proceso de envejecimiento del cerebro sin necesidad de actuar sobre el propio cerebro.