Paleontólogos de Massachusetts han estudiado cómo volaban los pterosaurios, reptiles voladores que dominaban el cielo en el Mesozoico. Para volar han visto que el móvil de la caja torácica y un sistema compuesto por sacos de aire que ayudaban a dispersar el aire por los huesos.
El estudio de más de 100 fósiles de este animal ha demostrado que la caja torácica se expande y se contrae. Esta circulación de aire permitía el intercambio de dióxido de carbono y oxígeno necesario para mantener su metabolismo. También se han analizado los huecos entre los huesos de estos animales. Estas deficiencias están relacionadas con los sacos de aire, y se concluye que a mayor pterosaurio mayor número de sacos de aire. Estos huecos facilitan la circulación del oxígeno y es posible que los huesos se hagan más ligeros.