Investigadores del centro tecnológico Cidetec-IK4 han desarrollado sensores electroquímicos en colaboración con la Universidad de Berkeley y el CSIC. Estos sensores permiten, entre otras cosas, detectar las mutaciones del ADN con mayor rapidez que hasta ahora. Los sensores utilizan un único nanotransistor y tienen como cable un único nanotubo de carbono. Esto ha permitido detectar sondas de ADN no alteradas. Por tanto, podrán utilizarlos en genética y biotecnología. En algunas enfermedades genéticas son conscientes de cuál es el gen responsable de la enfermedad y los sensores pueden ser utilizados para detectar determinadas secuencias génicas, ya que en realidad son muy selectivos.