El trabajo de las famosas espadas de Damasco ha desaparecido hace tiempo, pero creen que han encontrado la llave de su dureza y rigor: los nanotubos de carbono.
Investigadores de la Universidad de Dresden en Alemania revisan el acero de la espada con un microscopio de electrones y observan los tubos de unos nanómetros. Se cree que estos nanotubos se formaban al trabajar el acero a altas temperaturas, usando el mineral de hierro de la India, cuyas impurezas actúan como catalizadores para que el carbono de madera y hojas de fuego adquiriera la estructura de nanotubos.