En la primera ola de Pandemia, varios hospitales internacionales (Italia, Reino Unido, Francia, EEUU...) encontraron que pacientes con obesidad evolucionaban a menudo peor.
Desde entonces, los investigadores han tratado de comprender las causas de esta relación y han demostrado que ciertas condiciones relacionadas con la obesidad, como la diabetes, los problemas cardiovasculares, la inflamación crónica o las dificultades respiratorias, afectan directamente a esta evolución. Además, esta influencia es aún más acusada en los hombres, especialmente si son de origen africano, caribeño o del sur de Asia.
Ahora, en un estudio publicado en la revista Annals of Internal Medicine, se afirma que la obesidad extrema es un factor de riesgo específico para morir de covid-19, especialmente para jóvenes, menores de 60 años y hombres.
En cambio, en las mujeres, la obesidad extrema no es un factor de riesgo. Según los investigadores, la razón es que la distribución de la grasa es desigual a veces. De hecho, en los hombres se acumula en las vísceras y en el vientre, lo que supone un aumento del riesgo.
Por otro lado, especialistas del Reino Unido han advertido en la revista The Lancet del riesgo de estigmatizar y culpar a personas con obesidad. De hecho, han observado que, como consecuencia de ello, tienden a solicitar la ayuda tarde, lo que agrava la enfermedad. Estas personas con obesidad extrema están sufriendo otros daños psicológicos y físicos durante la pandemia y han reivindicado que hay que tenerlos en cuenta.