Alrededor de los genes hay zonas que controlan su expresión. Dado que su función es realmente importante, los científicos pensaban que tendrían pocas mutaciones. Sin embargo, en el ADN del hombre y del chimpancé se ha comprobado que estas zonas tienen numerosas mutaciones nocivas. En cambio, en los reguladores de ratas y ratas hay mucha menos mutación.
Parece ser que las poblaciones de roedores se han cruzado más entre sí, por lo que la existencia de mutaciones en los reguladores tendría efectos muy negativos. Sin embargo, las poblaciones humanas y de chimpancés no se han cruzado tanto, por lo que las consecuencias de las mutaciones no han sido tan graves.