La serpiente de la radiografía que tenéis en la foto, con una mala vista y sin gafas, devoró dos bombillas por gustar los huevos de gallina. Es de imaginar lo que se sorprendía cuando los músculos se apretaron y se mantuvieron enteros y fuertes en lugar de romper los huevos para degustar una agradable mama. Serpientes masculinas que, además de trompear de comida, no se pueden librar. Afortunadamente, los de la Escuela de Veterinaria de la Universidad de Florida estuvieron muy atentos y a cambio de unos pocos puntos, nuestro amigo busca nuevos huevos. ¡Feliz!