Buscando monopolos

Setenta y cinco metros de largo, doce de ancho y nueve de alto es el “ojo” gigante que se ha instalado en el laboratorio subterráneo de Gran Sasso en Italia. El aparato se llama “Macro” (Monopole, Astrophysics and Cosmic Ray Obserbatory) y comenzará a funcionar este verano. Aunque durante diez años Macro podrá recibir cualquier partícula cargada, su principal objetivo es detectar monopolo magnético, una de las partículas más exóticas que se desea encontrar.

En nuestro mundo no hay monopolo magnético. El imán siempre es un dipolo (con polos norte y sur), y si hacemos dos partes, cada trozo tendrá también un imán (es decir, con polos norte y sur).

En la actualidad se trata de encontrar monopolos como partículas superrastas. De hecho, el monopolo es consecuencia de las teorías que unen tres de los cuatro efectos fundamentales de la física: electromagnético, nuclear violenta y nuclear débil. Por otro lado, el monopolo explicaría la cuantificación de la carga eléctrica, es decir, por qué los electrones o protones, por ejemplo, tienen el mismo quantum o cantidad de la carga eléctrica.

En 1983 el investigador californiano Blas Cabrera afirmó haber detectado un monopolo en un aparato especial, por lo que se ha hablado mucho de este tema. Ahora la caza del monopolo tiene otra importancia. Por un lado, han instalado un gran detector y por otro, muchos físicos (más de un centenar de italianos y estadounidenses) participarán en este proyecto. Las obras de instalación del aparato comenzaron en 1989, pero todavía no han detectado monopolios.

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