Un estudio realizado con Hamster revela que los priones que causan la enfermedad de las vacas locas se acumulan en la lengua. De ahí que los investigadores concluyan que en las vacas puede ocurrir lo mismo.
El estudio ha sido publicado en la revista Journal of Virology. Los investigadores han inyectado priones en el cerebro de los hamsters y han descubierto que los priones van a la lengua y se acumulan en ella. Los científicos no saben si esto ocurre en las vacas, pero creen que habría que estudiarlo por si acaso.
En Europa está prohibido comer el cerebro y la médula espinal de las vacas porque pueden contener priones. Pero la lengua no se ha considerado peligrosa, por lo que como el resto de los músculos se vende en carnicerías. Ahora, los investigadores proponen comprobar si hay priones en las lenguas bovinas y si, a pesar de estar, hay riesgo de transmisión de la enfermedad.