En breve un centenar de enfermos de cáncer empezarán a tomar un nuevo medicamento que impida la extensión de los tumores. Las primeras sesiones con 15 pacientes con cáncer de abdomen han revelado que el nuevo fármaco llamado “batimastat” es bastante seguro.
La mayoría de las nuevas terapias contra el cáncer tienen como objetivo la extracción de células cancerígenas del cuerpo, con el fin de evitar la reaparición del cáncer. Batimastat no trabaja así. Su objetivo es impedir que las células cancerosas se dispersen por el cuerpo y se creen nuevas fuentes de cáncer.
Más de 300 pacientes de hospitales de Gran Bretaña, EEUU, Francia y Dinamarca serán tratados a través de este nuevo medicamento con el fin de evaluar su eficacia y seguridad.
En las primeras sesiones del fármaco se trataron 15 pacientes del Western General Hospitalaria de Edimburgo, de los cuales siete respondieron satisfactoriamente. Todos los pacientes tenían ascitis malignas, es decir, acumulaciones dolorosas de líquidos repletas de células cancerosas en el abdomen. Para eliminar el dolor, los médicos deben extraer el líquido cada varios días. A los 15 pacientes se les inyectó el fármaco batimastat y siete no acumularon líquido durante cuatro meses.
Las células cancerosas necesitan una enzima que destruya el tejido conectivo de los órganos y células para expandirse en el cuerpo a partir de la fuente original. La batimastata bloquea esta enzima y hace que las células cancerosas se encuentren dentro de una barrera de colágeno. En consecuencia, las células cancerosas no pueden dejar la fuente original y extender la enfermedad a todo el cuerpo.