Mercurio tiene campo magnético, por lo que podríamos utilizar la brújula. Pero debería ser una brújula muy precisa, ya que la zona de Mercurio es cien veces más débil que la de la Tierra. De hecho, los científicos no sabían qué era lo que creaba esta pequeña zona y han tenido que medir la rotación del planeta para concluir que contiene hierro líquido en su interior.
Hace unos treinta años, la sonda Mariner 10 midió el campo magnético de Mercurio. Los astrónomos no pensaban que existiera, pero aunque es débil, la sonda la encontró. Esto significaba que el planeta debía tener hierro líquido en la zona, que es lo que ocurre en la Tierra y en Venus. El campo magnético es consecuencia del giro del hierro líquido.
Sin embargo, en el caso de Mercurio era una zona muy débil, quizás demasiado débil para que el hierro líquido fuera producido. Los astrónomos propusieron otra explicación, que el manto de Mercurio podría ser el origen de esta zona. Pero un grupo de astrónomos estadounidenses presentó en diciembre en San Francisco datos a favor de la hipótesis del corazón líquido. La rotación de Mercurio se midió con gran precisión y no encontraron el comportamiento de un planeta totalmente sólido. Dicen que la única explicación es que Mercurio tenga corazón líquido.