En 1502, el italiano Leonardo Da Vinci diseñó un puente para el sultán turco Bajazet II. Los ingenieros del sultán, tras revisar el diseño, decidieron que era imposible construirlo. Medio siglo después, en la ciudad noruega de Aas, cerca de Oslo, el proyecto de Da Vinci se ha convertido en realidad.
En su diseño original, no aparecen arcos clásicos para sostener el puente; el italiano propuso la utilización de tres arcos del mismo tamaño que el puente, dos de ellos inclinados hacia el interior del mismo.
El puente construido en Aas es menor que el diseñado por Da Vinci, pero la estructura básica es la misma –uno de los arcos sujeta el puente por debajo y los otros dos separan el peso a cada lado–. Según los arquitectos que han hecho realidad este proyecto, también en la época de Da Vinci, se podía hacer el puente, pero habría sido demasiado caro para que sólo una persona pueda pagarlo.