Hace unos 5,5 millones de años, los movimientos técnicos separaron el Mediterráneo y el Océano Atlántico. Paralelamente, se formó un gigantesco almacén de sal bajo el Mediterráneo. Los científicos lo conocían desde la década de 1970. Ahora, el estudio de los fósiles anteriores y posteriores a aquel cambio geológico revela que solo el 11% de las especies sobrevivieron y que hasta 1,7 millones de años después no se recuperó la abundancia de las especies anteriores.
De hecho, este movimiento tectónico provocó cambios drásticos en la salinidad y la temperatura, afectando a todos los ecosistemas marinos: Existían 779 especies endémicas por delante y sólo 86 especies por detrás. Posteriormente, con la reconexión del Atlántico y el Mediterráneo, las especies atlánticas colonizaron el Mediterráneo y se produjo una gradación de la diversidad de las especies de oeste a este. En este sentido, han recordado que esta gradación "se ha mantenido hasta nuestros días". El estudio ha sido publicado en la revista Science.