La mariquita salva
Los piojos vegetales anuales al parque floral del bosque de Vincennes, situado al este de París. Para hacer frente a este problema los directores del parque acaban de abrir un centro para el crecimiento de la mariquita. Estos animales, junto con los cucuruchos y los sirfidos, son los principales enemigos de los piojos vegetales.
El centro tiene 100 metros cuadrados y tres secciones aisladas térmicamente. En él se encuentra el instrumental necesario para el crecimiento de un tipo de mariquita, Coccinella septempuntata. Estos animales al llegar a la madurez se dejan sueltos para atacar a los piojos vegetales. De esta forma se controla la población de este tipo de piojos y se reduce su daño. Esta vía se utiliza como alternativa a los pesticidas en Estados Unidos y Japón.
Hasta la fecha más de 100.000 mariquitas han sido puestas en libertad en algunos bancos de París y, según los entomatólogos, habrá que seguir por este camino hasta que desaparezcan completamente los piojos vegetales.
A pesar de que el tamaño de los piojos vegetales es de 2 mm, éstos atacan a la planta para capturar la savia elaborada del lugar.
Para hacer frente a este ataque se han utilizado una serie de productos químicos, pero como éstos también afectan a otros insectos, el equilibrio natural cambia.
Por lo tanto, cada vez es más frecuente que los expertos consideren el control biológico más adecuado que el ataque químico. En este momento los entomatólogos de Vincennes, por un lado quieren crecer el tipo de mariquita Cryptolemus para controlar los cucuruchos y por otro, quieren crecer el ácaro Phytoseiulus para combatir la araña roja.
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Zientzia aldizkaria
