Dos geólogos de la Universidad de Osford y de la Universidad de Australia Occidental han descubierto fósiles de seres vivos unicelulares en una antigua playa, en el oeste de Australia. La antigüedad de los fósiles es de 3.400 millones de años y, según los investigadores, es posible que se trate de los restos de vida más antiguos que se han encontrado.
Antes se han encontrado vestigios de vida tan antiguos como los actuales, incluso más antiguos, pero algunos expertos han cuestionado la existencia de fósiles reales. De hecho, en aquella época sólo había seres unicelulares, por lo que las esferas y filamentos que se pueden encontrar en los sedimentos pueden ser irregularidades o impurezas propias de los sedimentos en lugar de restos de células antiguas.
En la investigación actual, sin embargo, han ido más allá del aspecto morfológico de las huellas y se han centrado en la estructura química para determinar si los hallazgos son realmente fósiles. Y han encontrado indicios de ello. Se ha comprobado que los posibles isótopos de carbono de las paredes celulares son distintos de los de las rocas circundantes. Además, los sulfuros internos de estas estructuras difieren de los de los sedimentos circundantes. Esto supone que los microorganismos procesaban sulfuros ambientales como fuente de energía.