Se entiende por asistencia primaria la asistencia que los médicos y pediatras prestan a la familia. Esta asistencia se organiza en la mayoría de los casos en Centros de Salud y Consultorios, sobre todo desde la proliferación de Centros de Salud en la última década.
La asistencia especializada es la que se desarrolla en los ambulatorios y sobre todo en los hospitales. En este tipo de asistencia es necesario diferenciar dos aspectos: uno, la asistencia que prestan los médicos especialistas de cupo y otro, la prestada por los médicos jerarquizados de los hospitales.
Mucho se escribe y escribe sobre las relaciones que tienen o no estos dos niveles asistenciales, y para muchos la discrepancia es uno de los mayores errores del Sistema Sanitario Público. La escasa relación entre estos dos niveles asistenciales, a juicio de muchos, produce una importante pérdida de recursos o riqueza y una falta de calidad.
Por otra parte, es curioso, todo lo que se publica sobre el tema o casi todo lo que se publica es escrito por profesionales de primer nivel, y difícilmente se puede encontrar algo escrito por personas dedicadas a actividades especializadas. ¿Qué significa eso?
A finales del año pasado, algunos profesionales de la Escuela de Salud Pública de Andalucía, en un artículo publicado en la revista “Atención Primaria”, analizaban las relaciones entre estos dos niveles asistenciales y, entre otras incidencias, mostraban la opinión de algunos profesionales de dos diferentes asistencias sobre los demás.
De esta forma, según esta investigación, los profesionales de las asistencias especiales o especializadas desprecian a quienes se dedican a la primera y consideran que los profesionales de primera línea en lugar de reducir la demanda aumentarían, ya que enviarían a los pacientes a los hospitales sin ningún criterio. Además, estos profesionales consideran que los médicos de primera categoría no son decisivos.
La visión inversa tampoco es muy buena, ya que la opinión de los primeros sobre las asistencias especializadas tampoco es muy buena. Entre ellas destaca la percepción de que la relación de los profesionales de la asistencia especial con el paciente es fría, inhumana, parcial y tecnificada. Además, en este artículo se les acusaba de utilizar ineficientemente recursos o riqueza sanitaria.
Siendo así la opinión de unos frente a otros, no es de extrañar que la información mutua sea escasa y que la coordinación entre ambos niveles sea históricamente irregular.
Siguiendo con el citado artículo, los médicos de primera línea muestran interés por mantener relaciones con el hospital. Esto se debe principalmente a la creación de los Equipos Asistenciales de Atención Primaria, ya que muchos profesionales se han formado en los hospitales y miran al hospital como “fuente de ciencia”. Lo contrario, claro está, no ocurre, es decir, los especialistas en la mayoría de los casos no creen que puedan aprender algo de la asistencia primaria.
¿Pero a dónde nos lleva este tipo de desconfianza?
Uno de los principales problemas de los hospitales en este momento es la masificación. Esta masificación se manifiesta principalmente en listas de espera, tanto para cirugía como para consulta o exploración.
Pero si la masificación se hace notar en ninguna parte, es en caso de emergencia. En nuestro Hospital, Hospital de Basurto, cada mes se atiende a 21 personas por cada 1.000 habitantes. Cada año se atienden 100.000 emergencias, es decir, 274 días. El 80% de estos casos se produce de forma inmediata y muchos de ellos, aunque son problemas que pueden resolverse en Primera División, pasan por emergencias sin pasar por controles de Primera División. Sin embargo, el problema no es una solución sencilla y genera muchos debates.
Tenemos que equilibrar este sistema y para ello necesitamos fortalecer las relaciones entre ambas partes. Por un lado, habría que invitar a médicos y profesionales de Asistencia Primaria de vez en cuando a los hospitales, organizando cursos, reuniones, debates clínicos sobre pacientes, etc. Por otro lado, acercar a los especialistas a la Asistencia Primaria para que eduquen, elaboren protocolos y, en consecuencia, entre todos consigamos controlar la demanda existente.
Por último, si queremos reforzar realmente las relaciones entre Asistencia Primaria y Asistencia Especializada, es necesario construir canales de información, lo que supone una importante inversión en informática en los próximos años.