Cambiando genéticamente una planta, los químicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) han creado compuestos químicos completamente nuevos. Algunos de estos compuestos pueden servir como fármacos contra el cáncer y otras enfermedades.
Se ha manipulado el complejo mecanismo metabólico de la hierba incontable de Madagascar para obtener nuevos compuestos. Esta planta produce muchos compuestos alcaloides de interés farmacológico en sí misma, pero la mayoría son demasiado tóxicos para el uso humano. Los alcaloides son compuestos químicos sintetizados con efecto psicoactivo que se utilizan para tratar el dolor en la medicina.
Para reducir la toxicidad y aumentar la eficacia de los fármacos, Sarah O'Connor y sus compañeros del MIT han transformado una enzima de la planta. Como consecuencia, la planta ha generado compuestos químicos que nunca hubiera podido formar.
La ingeniería genética no es nueva, pero sí la creación de nuevos productos a las plantas mediante la manipulación de sus propios mecanismos metabólicos. En el futuro, los investigadores se plantean crear nuevos compuestos de la misma manera, con la esperanza de crear nuevos y más eficientes medicamentos.