Una casa británica inventa una válvula especial para automóviles. Se le denomina “válvula verde” porque además de reducir en un 15% el consumo de combustible, reduce hasta un 33% la cantidad de dióxido de carbono emitido por el escape.
Esta válvula se coloca en el motor y trabaja cuando el coche baja la velocidad. Entonces empobrece la mezcla aire/combustible, mejorando el rendimiento y reduciendo los gases tóxicos.