En los hospitales japoneses una enfermedad infecciosa se ha extendido enormemente.
En diciembre del año pasado, mediante un informe publicado por la Ministra de Sanidad, se anunció que en los últimos seis meses más de ochenta pacientes de un hospital habían fallecido por infección bacteriana. El culpable fue la bacteria Staphylococcus aureus. Esta bacteria afecta a los pacientes intervenidos. Hasta el momento la curación ha consistido en el uso de un antibiótico llamado meticilina, pero su uso excesivo ha dado lugar a S. aureus (MRSA), resistente a la meticilina.
Mientras que en los 590 hospitales analizados la SARM se encontró en el 90%, tanto en Europa como en los EEUU sólo se encontró en el 15%.
Una de las razones más importantes para la extensión del SARM es el exceso de recetación de antibióticos en los hospitales japoneses.
La Ministra de Sanidad establece precios oficiales para los medicamentos y mientras se rebajan los precios reales de los medicamentos convencionales, los precios oficiales apenas varían. Al mismo tiempo, mientras los botiquines ofrecen medicamentos a los médicos con un descuento superior al 24%, el Estado paga a los médicos según los precios oficiales de los medicamentos.
Según estimaciones realizadas por la Ministra, la cantidad que se mueve mediante dicho descuento es de 1.000 billones de pesetas o de 50 billones de libras.
Japón, por detrás de los EEUU, es el Estado con mayor mercado farmacéutico.
En enero de este año, la Ministra de Sanidad había reducido los precios oficiales en un 8,1% de media y, hasta 1997, quiere reducir la diferencia entre precios reales y oficiales hasta un 10%.
Por lo tanto, cuantos más antibióticos reciten los médicos, más dinero ganan.