La composición química de la piedra caliza varía en función de la edad de la roca y, a su vez, del agua del mar. Los científicos se dieron cuenta de ello en los años 80. La geóloga Lawrence Hardie explicó este cambio: los materiales que afloran y enterran en los límites entre placas tectónicas alteran la composición del agua del mar. La revista Science informa de un experimento que confirma esta hipótesis.
Los cristales de sal que se forman en el mar tienen orificios que suelen estar llenos de cristales. Los geólogos han analizado estas gotas de agua en diferentes lugares del mundo.
Las gotas de agua eran de unos 30 micrómetros. Por lo tanto, su pequeño tamaño de extracción permitió congelar el fluido, cortarlo en planchas y analizarlo mediante microscopio electrónico. La proporción de calcio magnesio en las gotas de todos los lugares del mundo era la misma en muestras de la misma edad. Pero esta proporción depende de la época en la que la gota quedó atrapada.
La composición química del mar puede influir en la evolución de los seres vivos, por ejemplo, en la población de algas planctónicas que absorben calcio.