Una marisma, una salina y un trozo de mar situados en el este de Inglaterra se convirtieron el pasado mes de diciembre en parque natural. La verdad es que esto no ha ocurrido por primera vez en la Tierra, pero sí tiene una característica que la diferencia de las otras, que es la superficie total que ocupa. Este parque, que ocupa casi diez mil hectáreas, duplica la superficie de otros parques naturales similares.
El parque se extiende desde la orilla del mar hasta el mar del Norte, donde habitan pájaros y focas. Además, en este parque natural pasan los meses de invierno más de 300.000 patos, gansos y zancudos.
Al tratarse de un parque natural, se ha tenido en cuenta la economía de los pueblos de la zona, por lo que los pescadores, los recolectores de almejas y los agricultores podrán seguir trabajando habitualmente. Y es que se ha hecho un esfuerzo especial para unir todos los intereses en un proyecto común.