Hace 56 millones de años la temperatura global aumentó entre 5 y 9 ºC en un tramo geológicamente corto: Duró 200.000 años y tuvo un gran impacto ecológico en animales y plantas. Hasta el momento se ha considerado que la causa del calentamiento fue una caída espectacular del nivel del mar. Según esta hipótesis, los sedimentos sumergidos en el mar quedaron al descubierto cuando el nivel del mar disminuyó y fueron los responsables de las emisiones de CO2.
Ahora, un estudio realizado por el Grupo de Investigación del Paleógeno de la UPV ha descartado esta hipótesis. El mar retrocedió —se estima que había bajado unos 20 metros— pero los investigadores han descartado que esto provocara emisiones de gases de efecto invernadero. “Ocurren a la vez, pero no hay relación causa-efecto”, ha afirmado Victoriano Pujalt, profesor y investigador principal del trabajo del Departamento de Estratigrafía y Paleontología de la UPV: “Cuestionamos que aquel descenso fuera el causante del calentamiento, aunque quizá contribuyó”.
Para sacar esta conclusión, el equipo de paleontólogos y sedimentólogos ha estudiado las rocas del Paleoceno-Eoceno en los Pirineos, entre Huesca y Lleida, concretamente en la cuenca del Tremp-Graus y también en Zumaia. El calentamiento quedó registrado en las rocas y se han estudiado los isótopos estables de oxígeno y carbono presentes en ellas. Los isótopos del oxígeno informan sobre la temperatura del paleoteno y la profundidad en la que se hallaba la muestra, mientras que los isótopos del carbono aportan datos sobre las variaciones de contenido de CO2 en la atmósfera y en los océanos.
El actual proceso de calentamiento global ha intensificado el interés de la comunidad científica por los registros geológicos, que constituyen un fichero de información relevante para comprender los efectos físicos y ecológicos de los cambios climáticos de antaño. El estudio ha sido publicado en la revista Palaeogeography, Palaeoclimatology, Palaeoecology.