La física de los isótopos nucleares ofrece una nueva oportunidad para distinguir entre pinturas al aceite falsas y verdaderas. La idea es sencilla: si se encuentran en un cuadro varios isótopos extendidos por bombas atómicas, se puede saber si el trabajo es anterior o no a 1945. De hecho, estos isótopos no están presentes en la naturaleza, se producen en las explosiones de bombas atómicas, y muchas de las bombas atómicas que hicieron estallar a partir de 1945: Hiroshiman y Nagasakin, y otros en el desierto de New Mexico.
La técnica de análisis de los isótopos de los cuadros detecta cesio-137a y extrontzio-90 en los aceites usados después de 1945. Si el cuadro original es anterior, los ejemplares con estos isótopos deben ser falsos. Esta técnica ha sido utilizada y patentada por un grupo de rusos: Elena Braser, restauradora del Museo Ruso y el químico Anfrey Krusanov. El propio Braser ha mencionado que es una técnica muy útil, pero también muy limitada, ya que un cuadro que no contiene los isótopos cesio-137 y extrontzio-90 no es necesariamente real.