En el norte de Alemania, en frontera con Dinamarca, se encuentra la marisma de Schleswig-Holstein. La bahía que rodea la marisma es Helgoland.
El número de aves que habitan en esta marisma oscila entre los seis y los nueve millones, según el investigador Peter Todt. Este investigador pasa las tres cuartas partes del año solo en la isla de Trisch, casi siempre entre nieblas. La razón de ser de tantas aves reside en la riqueza alimenticia existente. Por otra parte, el agua nunca se congela en la zona debido al clima y las mareas.
En esta marisma no conviene caminar solos, aunque cuando la marea baja el mar se esconde en el horizonte, porque la niebla entra cuando no se espera y con la marea ocurre lo mismo.
En un metro cuadrado pueden vivir 50.000 roedores y 30.000 cangrejos pequeños. Ante esta riqueza, los diferentes pájaros han conseguido un equilibrio natural para poder vivir juntos. El gran Kurlinta, por ejemplo, tiene un pico en forma de espada inclinada y ocupa moluscos y lombrices bajo la arena. La mica marina tiene un pico corto y curvo para poder atrapar los moluscos. El chorlitejo manipula la superficie de la marisma.
A pesar de que en él se puede apreciar que la vida es muy abundante y de formas muy diversas, existe un grave riesgo. Prueba de ello es la desaparición de los últimos eslabones de la cadena alimenticia, aves rapaces y mamíferos marinos (ballenas, delfines y focas).
La contaminación ambiental es la que más responsabilidad tiene en esta grave situación. La principal causa de la contaminación son los residuos tóxicos que los ríos arrastran desde tierra junto con las matanzas petrolíferas.
Esta situación ha dado lugar a la creación de una comunidad de protección para la costa alemana del mar del Norte. No obstante, para poder obtener resultados positivos deberán haber transcurrido unos años.