Investigación y desarrollo

Durante la pasada década se abrieron en muchas empresas los departamentos conocidos como I+D. Sus objetivos eran, entre otros, mejorar la calidad de los productos, optimizar los procedimientos de fabricación y maximizar la relación productividad versus medios. Atendiendo a los resultados, en general, se puede afirmar que se ha mejorado la calidad de los productos y se ha incrementado el grado de automatización de los talleres. Por lo tanto, para conseguir la producción de hace diez años se necesita mucho menos tiempo y mano de obra.

El excedente de mano de obra generado en el País Vasco, al igual que en el resto de Europa, es también uno de los resultados de los departamentos de I+D de las empresas, situación que se acentuará en los próximos años.

Por otro lado, los avances logrados en las diferentes tecnologías, debido a la influencia de los departamentos de I+D, han sido importantes y además han dado lugar a tecnologías que en su día no existían y que son las que conocemos mediante la introducción de nuevas tecnologías. Las nuevas tecnologías, además de implementar cambios significativos en la producción de productos convencionales, han abierto el camino para la creación de nuevos productos y servicios.

La siguiente etapa del desarrollo económico se centra en los nuevos productos y servicios. Creo que vamos hacia la economía de la imaginación y que habrá que revolucionar las estructuras financieras y empresariales actuales. La rigidez es una de las características más comunes que se pueden encontrar en las estructuras de las empresas y en la formación del personal y ese es el principal enemigo de la innovación.

En la medida en que la rigidez se transforma en flexibilidad, se abrirán las puertas a una economía imaginaria. ¿Cómo conseguirlo?

Primero hay que adaptar los planes educativos. Aunque la ciencia y las letras han sido dos mundos únicos, hay que empezar a tender puentes para que se creen menos tecnócratas y más científicos.

En el ámbito empresarial se necesitan nuevas coaliciones entre empresas, aportando cada una sus conocimientos para que sea posible crear nuevos productos. Estas coaliciones no tienen por qué ser entre empresas del mismo sector, sino entre sectores que no tienen nada que ver en la actualidad.

La desaparición de las fronteras geográficas del mercado va a suponer un incremento en el tráfico de productos y de información, por lo que las empresas deberán implementar la tecnología de la información y del lenguaje en su producción y en los departamentos de I+D, ya que tanto el uso de la información como el uso de las lenguas requerirán el desarrollo de diversas tecnologías.

Por último, las administraciones y entidades financieras deben facilitar este proceso de innovación. En la educación y en las planificaciones que la administración pública organiza a distintos plazos, y por tanto en las inversiones, debe sembrar la semilla y las entidades financieras deberán adaptar las características del mercado financiero. En la actualidad, el prestador de dinero va en busca de una rentabilidad inmediata, pero hay que empezar a ayudar las ideas y al tardar en materializarlas, las entidades financieras deben facilitar el camino hacia la nueva economía en el préstamo de recursos económicos.

Por tanto, los departamentos de I+D de las empresas deberán convertirse en un departamento de I+D interempresarial para poder llevar a cabo las agrupaciones tecnológicas que necesitan los nuevos productos. * Ingeniero Industrial.

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Eusko Jaurlaritzako Industria, Merkataritza eta Turismo Saila