Los cráneos encontrados en la isla de Flores pertenecían a una especie diferenciada, es decir, el Homo floresiensis es realmente una especie. Así lo demuestran los escáneres de tomografía realizados a los cráneos.
El escáner ha explicado la estructura del cerebro de estos pequeños homínidos, que se ha contrastado con otras especies: Con los homo erectos, con los chimpancés, con el hombre de hoy...
El resultado servirá para resolver dudas, ya que algunos expertos consideraban que estos cráneos podían ser los pigmeos o tenían una malformación (microcefalia).