En la revista “Nature”, en dos artículos publicados el pasado mes de marzo, se explicó que los virus causantes del SIDA se acumulan en los nodulos de los sistemas linfáticos que forman la defensa del cuerpo contra las infecciones.
Durante la ausencia de síntomas era muy difícil detectar el virus en la sangre, ya que se detectaban muy pocas unidades. Por lo tanto, antes de que aparecieran los síntomas era muy difícil la desaparición completa del sistema de inmunización. Por ello, algunos investigadores han tenido muchas dudas sobre el virus del SIDA.
La fase sin síntomas puede extenderse de uno a 13 años o más y, según los investigadores, en esta fase, el virus se mantenía sin influir dentro de los glóbulos blancos llamados “células T CD4”. Los glóbulos blancos son muy importantes para el sistema de defensa del ser humano, por lo que si los virus dañan los glóbulos blancos el cuerpo quedaría indefensivo. Mientras no estén afectados por los virus del SIDA, las células del sistema de inmunización no detectan dichas células.
El número de glóbulos blancos es de mil en cada milímetro cúbico de sangre y cuando esta cantidad desciende hasta 500 aumenta el riesgo de infección. Los investigadores de los EE.UU han descubierto recientemente que el virus no se acumula en la sangre, sino en el 25% de los linfocitos T CD4 de los nódulos linfáticos. Además, en el 1% de los linfocitos infectados el virus se reproduce a una velocidad tremenda. Esto explica la enorme pérdida de defensa que se produce en la última fase de la enfermedad.