Sin embargo, han determinado que el niño está curado “funcionalmente”, es decir, no pueden decir que no tiene virus del SIDA, sino que los tests clínicos habituales no pueden detectarlo. No obstante, el niño puede llevar una vida normal sin necesidad de recibir tratamientos a largo plazo.
El niño nació en 2010. Su madre tenía SIDA pero no recibía tratamiento contra ella. Nada más nacer el bebé, se les dieron antirretrovirales. Para el día 29, los virus desaparecieron de la sangre del bebé y continuaron con el tratamiento hasta los 18 meses. Desde entonces no ha tomado antirretrovirales y los investigadores han confirmado que no han detectado virus mediante tests convencionales.
En algunos pacientes adultos también se dan estos casos, pero no es muy común. Así, según los investigadores, el siguiente paso será ver si el tratamiento tiene el mismo efecto en otros recién nacidos. Si esto fuera así, sería un paso importante en la lucha contra el sida.
Sin embargo, una de las investigadoras, Hanna Gay, de la Universidad de Mississippi, ha recordado que la prevención es el mejor remedio: “Hemos demostrado que con el diagnóstico y tratamiento del VIH en mujeres embarazadas podemos evitar el 98% de las infecciones neonatales”.