El SIDA es una enfermedad de nuestro tiempo y por eso en esta revista de Elhuyar Zientzia eta Teknika le hacemos una extensa mención en las siguientes páginas. Sin embargo, la noticia posterior tiene una importancia intrínseca. Lo sabemos. Un hombre, heterosexual propiamente dicho, hemofílico, toma regularmente como tratamiento de su hemofilia una concentración de proteínas sanguíneas.
El virus del SIDA desarrolla el estado de jota pre-SIDA. Su mujer también desarrolla la situación de pre-SIDA varios años después. Así, tienen un hijo. El hijo, a los meses de su nacimiento, sufre problemas pulmonares, infecciones y signos sanguíneos del SIDA, aunque no tiene rastro del virus del SIDA. A modo de control, el hijo que tuvo lugar en un matrimonio anterior a su esposa no tiene rastro de enfermedad.
Todo esto puede indicar que al hombre se le introdujo la enfermedad mediante transfusiones de sangre, que la transmitió a su mujer por vía sexual y que ésta la transmitió a su hijo recién nacido en la gestión o en la lactancia.
Todas estas posibilidades de contaminación eran conocidas. Sin embargo, este ejemplo muestra de forma significativa las vías transmitidas por la enfermedad y su eficacia.