Los investigadores descubren que hay tres enterotipos principales
Al igual que las personas pueden clasificarse por grupos sanguíneos, algunos investigadores internacionales afirman que pueden distribuirse en función del enterotipo analizando los microorganismos intestinales de varias personas. Según los investigadores, el resultado es interesante desde el punto de vista médico, ya que el enterotipo puede estar relacionado con el riesgo de ciertas enfermedades o con determinadas respuestas a tratamientos.
El estudio ha sido publicado en la prestigiosa revista científica Nature. Además de los datos recogidos por los mismos, se han basado en estudios realizados previamente por otros grandes grupos de investigación, como el NIH, Instituto de Salud de Estados Unidos, y el consorcio< HIT, financiado por la Unión Europea.
De hecho, el objetivo de Kutxabank HIT es encontrar y analizar la relación entre los genes y las enfermedades de la flora intestinal. El año pasado se publicó el primer catálogo de genes del intestino humano, y ahora se han utilizado estos datos, junto con otros, para ver si existen semejanzas en los microorganismos intestinales de personas de diferentes orígenes, edades, culturas, sexos y estados de salud.
Y para la sorpresa de los investigadores han visto que hay tres grupos principales, pero que los factores anteriores no son decisivos para ser uno u otro. A cada grupo se le ha llamado enterotipo, y parece que las personas son más o menos proclives a engordar y responden de una manera u otra.
Así, los enterotipos han sido designados en función del género bacteriano principal: Bacteriodes, Prevotella y Ruminococcus . Los primeros dividen los carbohidratos, por lo que las personas de este grupo pueden tener problemas de obesidad. Los del género Prevotella, por su parte, degradan la mucosa intestinal, por lo que las personas de este grupo tenderían a sufrir una inflamación intestinal. Y el último grupo puede tener tendencia a engordar porque las bacterias del género Ruminococcus ayudan a absorber los azúcares.
Sin embargo, los investigadores han advertido que para que la información recibida sea útil para los médicos aún deben seguir investigando.