Según una noticia publicada en el número anterior, la capa de hielo de la Antártida ha retrocedido más lentamente de lo esperado, por lo que el deshielo no ha afectado tanto al nivel del agua del mar.
Sin embargo, otro factor a tener en cuenta es la expansión térmica. Como es sabido, la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera es cada vez mayor y, como consecuencia, la temperatura del agua del mar está en continuo aumento.
El organismo de investigación australiano CSIRO ha analizado las posibles consecuencias de este fenómeno. Según John Church, miembro del país, entre 1990 y 2100 el nivel del agua de mar aumentará entre 9 y 88 cm y la temperatura media del agua entre 1,4 y 5,8 ºC. Además, una vez estabilizada la concentración de gases, el nivel de agua del mar seguirá aumentando. Como consecuencia de este aumento se prevé, entre otras cosas, que los truenos sean más frecuentes y violentos, especialmente en los países costeros.