Migran de noche cuando no hay viento que lo empuje hacia arriba
En contra de lo que creían, un grupo de científicos internacionales ha descubierto que las gansos indios realizan viajes migratorios nocturnos o tempranos por la mañana a lo largo del Himalaya, en una época en la que no hay viento ascendente. Un equipo liderado por investigadores de la Universidad de Bangor en el Reino Unido se ha dado cuenta de ello en el primer estudio realizado para estudiar los vuelos de estas aves.
Los Gansos Indias viajan en primavera de la India a Mongolia y se lanzan al revés en otoño. Tanto en uno como en el otro, tienen que atravesar la cordillera del Himalaia, que en el viaje de primavera tiene que subir hasta los 6.000 metros sobre el nivel del mar, mientras que en el otro sentido tienen un menor margen de altitud para superar, ya que el punto de partida se encuentra más alto, en la meseta del Tíbet.
Algunos investigadores han descrito en los últimos años las adaptaciones que han tenido estas aves para realizar este esfuerzo, como que tienen pulmones proporcionalmente mayores que cualquier otra ave, que les llega mejor oxígeno a los músculos y al corazón y que la hemoglobina transporta más oxígeno. Sin embargo, se consideraba imprescindible aprovechar el viento ascendente que suele estar durante el día en el Himalaya para facilitar el ascenso.
Para aclarar este tema, se añadieron a 25 gansos dispositivos que envían datos vía satélite, en India, antes de realizar la migración hacia el norte, y a 38 de Mongolia, antes de salir hacia el sur. De esta forma se pudo realizar un seguimiento de la ubicación, altitud y velocidad de las aves. Se ha comprobado que estos animales tardan entre 7 y 8 horas en recorrer los 6.000 metros de montaña desde el nivel del mar, y que circulan a una velocidad media de 64,5 kilómetros por hora. Los investigadores también han visto que el vuelo al sur tarda un máximo de 4,5 horas.
Además de obtener datos de velocidad, han visto que los gansos viajan cuando no hay viento ascendente. Creen que las temperaturas nocturnas y al amanecer pueden contribuir a un mayor despilfarro corporal y mayor disponibilidad de oxígeno, que puede ser más favorable para las aves que el empuje del viento.